QUIÉN ES EL DR. HAMER?.
El Dr. Ryke Geerd Hamer nació en Frisia (Alemania) en 1935, en el seno de una familia de pastores protestantes. A los 18 años, tras finalizar el bachillerato, inicia estudios de medicina y de teología en la Universidad de Tübingen, donde conoce a una estudiante de medicina que acabará por convertirse en su esposa, Sigrid Oldenburg. Con 20 años aprueba el examen preliminar de medicina y un año después contrae matrimonio en Erlangen, donde aprueba su licenciatura en teología.
En 1959, con 24 años Ryke Geerd Hamer aprueba el examen estatal de medicina de Marbourg. Paralelamente a sus estudios de medicina estudió doce semestres de la carrera de física, si bien no llegó a efectuar el examen, y es licenciado en Ciencias Médicas, en las especialidades de Psiquiatría y Pediatría.
En 1961, obtiene el grado de Doctor en Medicina, trabajando durante varios años en clínicas universitarias de Tübingen y de Heidelberg, donde ejerce también la docencia. En 1972 el Dr. Hamer se especializa en medicina interna, y ejerce también en compañía de su esposa, la Dra. Sigrid Hamer, realizando investigaciones sobre la «angiometría de los tumores cerebrales».
Ha obtenido el diploma de especialista en enfermedades internas del Hospital Universitario Alemán, y también el diploma de radiólogo.
Tiene además, desde siempre, un hobby singular: patentar inventos. Por ejemplo, dentro del marco de la cirugía plástica, el escalpelo eléctrico Hamer, que permite operar de forma atraumática, cortando casi 20 veces más finamente que un bisturí, y una sierra especial para las intervenciones ósea. Tiene además patentados una couchette para masaje que se adapta automáticamente al contorno del cuerpo y un aparato que permite el diagnóstico serológico transcutáneo.
El Dr. Hamer recibió durante largos años el respeto y la admiración de sus colegas, y la estima de sus numerosos pacientes. Su carrera profesional e investigaciones -clásicas y ortodoxas-, reforzaban día a día su posición de reputado especialista.
A las 3 de la madrugada del 18 de agosto de 1978, ante el pueblo de Cavallo (Córcega) y en el transcurso de una fiesta celebrada en una nave, un aristócrata italiano, el príncipe Alberto de Saboya, dispara, sin motivos ni causas aparentes, contra una persona desconocida que dormía en la cubierta de un barco cercano. Esa persona era Dirk Hamer, de 19 años, uno de los hijos del Dr. Hamer. Dirk Hamer fue trasladado todavía con vida a Munich, falleciendo cuatro meses después, el 7 de diciembre de 1978, en Heidelberg.
La trágica muerte de su hijo unida a las dificultades de la investigación judicial que se llevó a cabo, y al desarrollo de un complicado proceso posterior, afectan profundamente a la familia Hamer. El Dr. Hamer desarrolla al cabo de cuatro meses un cáncer de testículos, en tanto que su esposa, la Dra. Sigrid Hamer, recae consecutivamente en varias enfermedades cancerosas hasta fallecer, el 12 de abril de 1985, a causa de un infarto agudo de miocardio.
A partir de la muerte de su hijo y del desarrollo de los cánceres en él mismo y en su esposa, el Dr. Hamer inicia su investigación y emite la hipótesis de que tanto su cáncer como el de su mujer pueden estar relacionados con el brutal conflicto que vivieron en el más completo aislamiento, y que él percibió como el acontecimiento más grave que le había ocurrido. Sus estudios e investigaciones le llevaron a formular lo que él ha denominado la Ley de Hierro del Cáncer, piedra angular alrededor de la cual se articula toda la Nueva Medicina.
En octubre de 1981 presenta la tesis sobre su descubrimiento en la facultad alemana de Tübingen, y el tribunal médico le coloca ante la alternativa de abjurar de su tesis o abandonar inmediatamente su trabajo clínico en la facultad.
En mayo de 1982 la Universidad de Tübingen le devuelve sus documentos de trabajo sobre las correlaciones entre psiquismo y cáncer, sin haber efectuado ninguna verificación.
En 1986 la dirección del distrito de Coblence entabla un proceso para condenar al Dr. Hamer y prohibirle el ejercicio de la medicina por, textualmente, «no querer abjurar de la Ley de Hierro del Cáncer y no asumir las tesis convencionales sobre el cáncer». Desde 1986 el Dr. Hamer no puede ejercer el derecho de atender un enfermo. El veredicto queda confirmado en sesión única en 1990. Se prohibe cualquier proceso de revisión, y se declara al Dr. Hamer como no poseedor de las facultades de control de sí mismo, declarándosele incompetente para juzgar las necesidades de tratamientos contra el cáncer.
En 1986 un tribunal condena a la Universidad de Tübingen a reabrir el proceso de inhabilitación. Silencio hasta 1994. El 3 de enero de 1994, se pronuncia la ejecución del veredicto, ¡acontecimiento único en la historia de la universidad!. Ni siquiera con un retraso de 13 años es posible que esta universidad verifique la Nueva Medicina. El 22 de abril de 1994 declara que: «no está prevista la verificación en el marco del proceso de habilitación».
El 21 de julio de 1988, el tribunal de primera instancia de Coblence cita al Dr. Hamer a comparecer ante la cámara correccional del tribunal, para someterle al examen del profesor Horn, director del hospital psiquiátrico regional. El intento de internarlo a la fuerza en una institución psquiátrica fracasa.
El 9 de diciembre de 1988, se realiza la verificación por la Universidad de Viena. firmada por: El Profesor Jörg BIRKMAYER, Doctor en Química y Doctor en Medicina, titular de la cátedra universitaria de Medicina Química y de Cancerología, especialista de medicina de laboratorio y jefe del laboratorio médico-químico de la Universidad de Viena,
la Doctora Elisabeth M. ROZKYDAL, Medicina General,
el Doctor Franz REINISCH, especialista de enfermedades internas,
el Doctor Fritz EBERZ,
y el médico asistente Doctor Ryke Geerd HAMER, Medicina Interna, Psiquiatra, Pediatra, Radiólogo y Teólogo;
efectúan la verificación de su ley, siguiéndole verificaciones posteriores realizadas por equipos médicos de Munich, Chambéry, Austria...
Los dias 12 y 13 de Mayo de 1990, se realiza la verificación por la Conferencia de Médicos de Namur (Bélgica) firmada por:
Médicos de la Conferencia (16 firmas).
El 24 de junio de 1992, se realiza la verificación por la Clínica Pediátrica de Gelsenkirchen (Alemania), firmada por:
el profesor Dr. E. A. Stemmann, médico en Jefe
y por el Dr. Elke Mühlpfort, Pedíatra y Medicina Escolar.
Los días 8 y 9 de Setiembre de 1998, se realiza la verificación porla Universidad de Trnavská, en el Instituto de Cancerología H1. Elizabeth de Bratislava y en el Servicio de Cancerología del Hospital de Trnava, firmada por:
Prof. MUDR. J. Pogády, DrSc, Catedrático de Psiquiatría y Presidente de la Comisión,
Prof. MUDR. V. Krcmery, DrSc, Decano de la Facultad,
Doc. RN Dr. J. Miklosko, DrSc, Vice-rector de la Facultad de Investigación.
A pesar de que sólo es necesaria una verificación, la lista cuenta ya con 20 verificaciones.
Los intentos de desprestigio y desacreditación del Dr. Hamer y de sus descubrimientos, (expuestos como Nueva Medicina), han sido constantes desde esa fecha. Sin embargo, el 21 de mayo de 1997 el Dr. Hamer fue arrestado.
Tras pasar un día en el calabozo, la juez Nagel, en Colonia (Alemania) decidió su encarcelación basándose en tres puntos:
haber infringido la ley de práctica médica.
no atenerse a razones (¿debe abjurar de sus convicciones para que le dejen libre?).
que existía el temor fundado de que se «fugase» al Estado español.
Según resolución judicial, el Dr. Hamer «podía ser visitado en prisión media hora dos veces al mes, previa solicitud, y a ser posible, en grupo». Medidas inconcebibles ya que se le trata como a un peligroso criminal...
La Nueva Medicina, basada en 5 leyes biológicas naturales, ya ha sido pues validada por médicos y científicos competentes. A pesar de ello, la prensa y medios de comunicación en general no han escatimado los epítetos insultantes en relación al Dr. Hamer, y el COMB (Colegio Oficial de Médicos de Barcelona), que tiene abierto expediente a los «seguidores» del «método» Hamer, porque «las teorías del doctor Hamer no han estado nunca sometidas a los debates y a las pruebas a las que se someten las hipótesis, los presuntos descubrimientos y las nuevas propuestas terapéuticas que realiza la comunidad científica» (Diario Médico, 19 de septiembre de 1995), no ha hecho mucho más que sumarse a las voces de descrédito, sin querer afrontar el reto de estudiar esta gran aportación a la medicina, incorporarla a los estudios universitarios y ponerla a la práctica en beneficio de todos. Especialmente de los enfermos actuales y de la investigación futura.
Si ellos no lo hacen ¿quién se supone que debe hacerlo?.
O es que, tal como los cancerosos pintaron en 1956, en los muros del Hospital de Villejuif de París: «Del cáncer vive mucha más gente de los que morimos».
Fonte: free-news.org